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Hola! Bienvenid@ al blog de la Sociedad Gastronómica TXITXAKA. Estamos casi casi actualizados... jajjaja!!... me temo que este lema nos va a acompañar durante mucho tiempo ;)

viernes, 31 de diciembre de 2010

esas papas manchuconas y sus torreznitos!!


vamooooos!!
La ingesta de este manjar se recomienda que sea moderada por su elevado contenido calórico, y lo digo desde la experiencia, puesto que tiene una capacidad de adoquinarte el estómago como ningún plato anterior que probé. Dios, es como la dinamita.

¿Como fue mi experiencia? Así: Primera cucharada: “hmmm… que rico esta, hmmm”, otra cucharada: “a ver… pues si, esta rico… vamos a darle… “, y a la novena cucharada…. me levanté a hacer pis….  y al levantarme …..BOOOOOOOOOOOMBBBBBBBBBBBBAAAAAAAAAA. Por un momento pensé, “el estómago se me ha amariconado”, o  “¿que te pasa Edu?, ¿te has vuelto vegetariano?,  ¿me he metido un balón gástrico?, ¿correr me está volviendo tan sano que no tolera el colesterol?”. Mi mente estaba confusa, hasta que volví a la mesa y vi los gepetos de los comensales (sudores, caras de no poder más , y sus gestos (resoplos, quejas estomacales). Todo encajaba. Las patatas y los torreznos  estaban  adoquinando por doquier los estómagos de los  intrépidos glotones que, con hambre, nos lanzamos a por ell@s. En fin, por una parte  pensé: “¡Uf! Menos mal  no solo yo estoy petao”, (mal de muchos consuelo de tontos), pero por otra pensé: “ALAAAAAA…..si todavía queda  la menestraca ¡Ay Dios!”. Pero lo peor no fue eso, sino mirar a la mesa y a los cuencos (en la actualidad boles que,  por cierto, palabra absurda dónde las haya. Ala chaval vete a por boles…) y ver los doscientos kilos de patatas que quedaban por comer. “No puede ser, se han reproducido”. Y aquí tuve que entonar el “mea culpa” y  admitir: EDU TE HAS PASADO TRES PUEBLOS. MODERACIÓN.  Aunque al día siguiente se me había olvidado y hasta hoy.

En resumen, y como colofón: tras mi experiencia, yo propongo que las patatas revolconas sirvan como criterio objetivo para medir la capacidad estomacal. Eliminemos los huevos como  vara de  medir de quien es capaz de comer más (esos concursos de a ver quién se come más huevos), y pongamos las patatas revolconas. Quiero  ver a esos  listillos que dicen comerse cincuenta huevos, comiéndose cincuenta cucharadas de patatas revolconas. Eso sí tendría mérito.

Por lo demás, aparte de lo personal, comentar que  la base de este plato es el pimentón (si es posible, de la Vera), especia y base fundamental de los platos de la región central hispana (en otra entrada pasaré a comentar) ,y el  frito del torrezno, por favor,  que sea crujiente.


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