INGREDIENTES (x8)
2 kilo de Patatas (of
course) (si lo hace Maese fogones unos siete u ocho)
1 Kilo de panceta o
torreznos si pueden ser adobada, mejor, (si lo hace maese fogones unos tres o
cuatro).
7 ajos
Pimentón dulce o
picante al gusto
Aceite
ELABORACION.
Cocer las patatas, con tres ajos y dos hojas de laurel aproximadamente media
hora. No echar mucha agua simplemente cubrir. Por otro lado, se hace un sofrito
de ajo con el resto y pimentón y se
añade a las patatas cocidas y se
machacan hasta que se quede con una textura de puré. Se fríe la panceta hasta
que se quede bien frito y añadir a las patatas. ( Si quereis más potencia se
puede añadir un poco del aceite del torrezno frito) Sencillo.
COMENTARIOS.
La ingesta de este manjar se recomienda que sea moderada por su elevado
contenido calórico, y lo digo desde la experiencia, puesto que tiene una
capacidad de adoquinarte el estómago como ningún plato anterior que probé.
Dios, es como la dinamita.
¿Como
fue mi experiencia? Así: Primera cucharada: “hmmm… que rico esta, hmmm”, otra
cucharada: “a ver… pues si, esta rico… vamos a darle… “, y a la novena
cucharada…. me levanté a hacer pis…. y
al levantarme …..BOOOOOOOOOOOMBBBBBBBBBBBBAAAAAAAAAA. Por un momento pensé, “el
estómago se me ha amariconado”, o “¿que
te pasa Edu?, ¿te has vuelto vegetariano?,
¿me he metido un balón gástrico?, ¿correr me está volviendo tan sano que
no tolera el colesterol?”. Mi mente estaba confusa, hasta que volví a la mesa y
vi los gepetos de los comensales (sudores, caras de no poder más , y sus gestos
(resoplos, quejas estomacales). Todo encajaba. Las patatas y los torreznos estaban
adoquinando por doquier los estómagos de los intrépidos glotones que, con hambre, nos
lanzamos a por ell@s. En fin, por una parte
pensé: “¡Uf! Menos mal no solo yo
estoy petao”, (mal de muchos consuelo de tontos), pero por otra pensé: “ALAAAAAA…..si
todavía queda la menestraca ¡Ay Dios!”.
Pero lo peor no fue eso, sino mirar a la mesa y a los cuencos (en la actualidad
boles que, por cierto, palabra absurda
dónde las haya. Ala chaval vete a por boles…) y ver los doscientos kilos de
patatas que quedaban por comer. “No puede ser, se han reproducido”. Y aquí tuve
que entonar el “mea culpa” y admitir:
EDU TE HAS PASADO TRES PUEBLOS. MODERACIÓN.
Aunque al día siguiente se me había olvidado y hasta hoy.
En
resumen, y como colofón: tras mi experiencia, yo propongo que las patatas
revolconas sirvan como criterio objetivo para medir la capacidad estomacal.
Eliminemos los huevos como vara de medir de quien es capaz de comer más (esos
concursos de a ver quién se come más huevos), y pongamos las patatas
revolconas. Quiero ver a esos listillos que dicen comerse cincuenta huevos,
comiéndose cincuenta cucharadas de patatas revolconas. Eso sí tendría mérito.
Por
lo demás, aparte de lo personal, comentar que
la base de este plato es el pimentón (si es posible, de la Vera),
especia y base fundamental de los platos de la región central hispana (en otra
entrada pasaré a comentar) ,y el frito
del torrezno, por favor, que sea
crujiente.
P.D-
Laura, otra vez prometo no mezclar el torrezno con la patata. Esnif!!!!!
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